El pasado dia 21, (no lo he escrito antes porque no tenia las fotos) Quico vino a casa. Despues de muchos meses sin verlo lo tubimos aqi, y aunque solo fueron unas horas fueron cortas pero intensas. Por fin pudo disfrutar de nuestra nueva casa, de su habitación, y nosotros pudimos disfrutar de el, de verlo tan bien, tan guapo, tan alto...bueno esto es lo que suelen decir todas las madres de sus niños ¿no?
El que mas disfrutó fué Jesús que no se separó de su hermano todo el tiempo que estubo aqui. Y claro el hombre hasta se emocionó al ver a su hermano Quico y al despedirlo, cosas de la fuerza del cariño.
Y ya estamos esperando que vuelva, espero que esta vez con mas tiempo para poder tener una de esas charlas que a los dos nos gusta tener, y para hacerle esos filetitos empanados que a él tanto le gustan, y bueno porque a las madres nos gusta tener cerca a nuestros retoños, es un trauma que nos queda desde que la matrona nos corta el cordón umbilical, !que le vamos a hacer!
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