
Ayla llegó a nuestra casa cuando apenas tenia una semana y Lola, en cuanto la vió decidió que seria su hija adoptiva. Yo le daba el biberón pero Lola se ocupaba de su aseo personal, su vijilancia e incluso permite que Ayla se duerma agarrada a su teta. En fin, toda una madraza. !Cuanto tendriamos que aprender los seres humanos de los animales!
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